El movimiento como entrenamiento para la mente

¿El movimiento es un medio o un fin?

«Nos sentimos tristes porque lloramos, enfadados porque golpeamos, asustados porque temblamos… y no lloramos, golpeamos o temblamos porque nos sentimos tristes, enfadados o asustados»

— William James

Probablemente la interpretación más inmediata es que se trata de un medio.

Es la manera de movernos desde la cama al cuarto de baño por la mañana. Es como pedaleamos para ir al trabajo. O de enfatizar cómo nos sentimos al contarle a otra persona cómo casi nos caímos de la bici.

En contextos particulares, como la práctica deportiva, el movimiento puede pasar a ser el fin.

Una saltadora de trampolín, un gimnasta, una bailarina… serán juzgados por la calidad de sus movimientos. Y en otros deportes, aunque quizás no sea el objetivo último, la calidad del movimiento afectará directamente el desempeño. El control corporal y la precisión permitirán marcar un gol, encestar una canasta o acertar en la diana.

Ahora viene el giro final.

El movimiento es un medio extraordinario para explorarnos y conocernos mejor.

Al usar nuestro cuerpo, ya sea desperezándonos, estando sentados, comiendo, o en cualquier otra configuración y momento, tenemos acceso a una caja de registros que nos ofrece una enorme cantidad de información.

Explicar en mayor profundidad.

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Adónde ir desde aquí:

— Prueba el experimento de cruzar los brazos, te sorprenderá.

— Lee otras piezas sobre el movimiento.

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